Ávila: Historia íntima de la humanidad
[Ciberayllu]
29 enero 2002

Cuatro poemas*

Juan Tomás Ávila Laurel

 
 

II

El mundo ya no tiene
cementerios para suicidas
y fabrica bombas incendiarias
para niños de Colombia,
pues Egipto no abre
sus templos para los curiosos.
Mi poesía se escapa,
dicen los sabios, «y no cuenta
la historia de tu tierra maltratada».
Guinea no tiene manos
para asirse a la pobreza
de los famosos, Leona,
Haití y Tercer Mundo,
y escucha desde fuera
las voces de dentro.
La libertad no tiene
precio en botes de petróleo,
cuando lo negro es oro
para el racismo milenario.

XI

Al decir, Ana, que me quieres
y con tu boca te atreves,
pienso en tus brillantes ojos,
en tus cabellos de oro; en tu voz, que llama y
espera,
y en tus labios, que esperan,
rojos, el sello de otros labios, los míos.
Pienso en tus caderas
y miro tus nalgas vibrantes
y creo que todo me lo quieres ofrecer, me lo dejas
todo,
para mi goce y el tuyo.
Sí, Ana, también quiero
Pero mi amor es para otra.
 

XIII

Nueva York llora
su miedo
por salir por la noche
donde mandan
ladrones marginados
en la fiesta de las invasiones.
Burundi llora
porque el sol descubre
los dedos cortados
por ciencias inexactas.
(la raza es un simple accidente)
La be be ce
canta la gloria de Mandela
por dejarse la fe en Soweto,
al lado de negros
que lloran porque
quieren más disparos
de los otros, los de antes.
Tengo sed.
Nadie bebe agua
cuando está encerrado
en campos de otras tierras.

XXVII

Hannon, cartaginés,
bollos comía en la guerra
contra Roma, hace siglos.
Bollos comía Hannon, bollos,
para lanzar piedras a los cuñados
de los Escipiones,
que firman su paz
lanzando bombas sobre Prístina esdrújula.
En el encierro,
los esclavos piden agua y algo de comida
en una guerra ajena, pero en su casa.
¡Bum! ha caído la fortaleza, un hospital de niños
con fiebre perniciosa.
Con la chatarra de los aviones,
las mujeres de Kosovo
harán hornillos
para bollos para el hambre de posguerra.
La ONU ya no sabe si la guerra es barata
o si el desayuno de Hannon, cartaginés,
es más caro.


* Del poemario Historia íntima de la humanidad, Ediciones Pángola, Malabo, Guinea Ecuatorial, 1999.

© Juan Tomás Ávila Laurel, 2002.
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