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Y sin más trámite, paso esta vez a comentar qué cosas nuevas han ido saliendo en Ciberayllu desde la nota editorial anterior, escrita en Lima, durante el viaje de marras. El 28 de julio, día nacional del Perú, Víctor Hurtado Oviedo (con un libro a punto de salir de la imprenta), que siempre encuentra los ángulos inesperados de las cosas, nos pide amar a Marlon Brando, que cuanto más viejo es más rebelde. Y por su lado, Antonio Bou, artista del pincel y del teclado, nos ofrece una segunda entrega, Cocodrilos, cuento donde se describe la pérdida de la inocencia de Imanol, quinceañero de Santurce, Puerto Rico. Ya en agosto, Cecilia Bustamante, la única mujer ganadora del Premio Nacional de Poesía del Perú, compartió con Ciberayllu una selección de poemas de Leyenda, su próximo libro. Rodrigo Montoya Rojas, por su lado, nos ofreció un importante artículo sobre los movimientos indígenas en América del Sur, una versión del cual fue publicada en un libro previamente reseñado en nuestra publicación. Cerrando el ciclo, Víctor Hurtado nos vuelve a enviar una nota sobre el amor, esta vez como lo ven los poetas. Como un pequeño homenaje a quienes creyeron en la posibilidad de un referéndum en el Perú, una foto limeña reciente, como un epitafio. Y no se olviden de darle una mirada a las brevísimas notas sobre libros y discos, que siempre están renovándose. Hasta la próxima, que ya se acerca nuestro segundo aniversario. Primero de setiembre de 1998 Domingo Martínez Castilla © Ciberayllu 1998. Todos los derechos reservados. |
e vuelta en el hemisferio norte, queda en la memoria la buscada colección de sensaciones y vivencias —renovadas con el viaje a la patria— que lo definen a uno como natural de un país. Por vez primera, un viaje sin urgencias, sin trámites ni cuentas pendientes, lo que quizás indica el haz y el envés de la misma tela: que el emigrado se va alejando poco a poco, y tanto, que las pequeñas cosas materiales que lo atan a la patria original van desapareciendo; y que lo que queda es lo otro, lo emocional, la cultura, el cariño, los paisajes. ¿Cómo era eso de que el ser social determina a la conciencia social? ¿O es que uno ha roto los lazos estructurales y sólo quedan los superestructurales? Si el lector entiende este párrafo, le ruego explicármelo, porque por alguna razón prefiero no deshilacharlo: es probable que haya querido decir algo.