Un nuevo libro para un valle de Leyenda...

 

Curacas, industria y revuelta en el valle del Mantaro (Siglo XVIII)

 

Este es el título del nuevo libro del historiador Carlos H. Hurtado Ames, un intenso trabajo de investigación del periodo colonial en el siglo XVIII y que fue premiado en el Concurso Nacional de Subvenciones del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec), aventura editorial compartida con Halckon Editores, sello editorial que tuvo a su cargo la edición e impresión.

Dicho libro contiene valiosa información fruto de una tenaz investigación en diferentes archivos tanto particulares como estatales, así como también de la mano de una valiosa y sustancial bibliografía, y por varios años. A partir de su lectura podemos establecer con claridad un importante panorama del periodo colonial, exactamente del siglo XVIII, vemos aquí la compleja relación de los obrajes y chorrillos, instalaciones dedicadas a la manufactura textil, es decir a la producción de telas, con la nobleza indígena, esta élite vigorizaba su poder político, económico y social, comprando, administrando y vendiendo los obrajes y chorrillos, todos ellos establecidos geográficamente en el antiguo valle de Jauja.

 

Veamos lo que Francisco Quiroz Chueca, Magister y profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y candidato a PhD. en la City University of New York , expresa con singular entusiasmo en el prólogo al libro; sobre el contenido y su valioso aporte a la historia colonial del valle de Jauja:

 

“ (...) Carlos Hurtado es parte de la saga de estudiosos de la economía que tienen en la sociedad una variable enriquecedora del análisis histórico. El estudio tiene en la dinámica social un factor que le permite un mejor acercamiento a la realidad económica de la historia de la Sierra Central en el siglo XVIII, durante el apogeo de la producción textil de las comunidades, instituciones y particulares en el Valle del Mantaro. Hurtado presenta las características de la producción obrajera íntimamente relacionada a la nobleza indígena. Muestra cómo la nobleza indígena basaba su poderío en los obrajes y chorrillos de su propiedad y cómo competía con éxito con los advenedizos (instituciones religiosas y particulares) en el manejo de la producción y el mercado. En este campo, el trabajo de Hurtado continúa la tradición de los estudios de Miriam Salas para Huamanga, Neus Escandell-Tur para el Cusco y es paralelo al de Miguel León para Huánuco. Discute con ellos las coincidencias y diferencias que encuentra en el Valle del Mantaro colonial.”

 

 

Por otro lado, sobre su condición académica como Historiador:

 

“Este libro es el resultado de un gran esfuerzo personal de un novel historiador jaujino, Carlos Hurtado Ames, quien ha sabido superar las innumerables restricciones que en nuestro medio hay para el ejercicio de la investigación histórica, acumulando una enorme cantidad de información documental y sintetizándola en este estudio que es un importante aporte a la historiografía peruana actual. El profesor Hurtado ha combinado la labor de erudición con la del analista social para brindarnos un libro que innova en el tema y en su planteamiento.

He sido testigo de excepción de la forma de trabajo de Carlos Hurtado en sus etapas iniciales, cuando fui el asesor de su tesis de Licenciatura en Historia en la Universidad de San Marcos; tesis que es la base de este libro. A su capacidad de trabajo, Carlos Hurtado añade el entusiasmo y el orgullo de quien está trabajando a gusto sabiendo que su esfuerzo será de gran utilidad y aceptación en su “patria chica”, Jauja y el Valle del Mantaro y en general en todo el mundo académico. En efecto, su dedicación de años se ve hoy compensada por un estudio que ha de recibir la aceptación de la comunidad académica al igual que de la población de la Sierra Central a la que va dedicado.”

 

 

Sobre una contribución particular:

 

“ (...) Un aporte especial del trabajo de Hurtado es el estudio, en base a nueva información documental, de la “revuelta” de Nicolás Dávila Astocuri de 1781. Si bien es cierto se trató de una manifestación social de dimensiones limitadas por su composición social, duración y trascendencia territorial, el “movimiento” fue liderado por un miembro de las familias curacales más representativas del valle y se realiza durante la gran rebelión de 1780-1783, que afectó a todo el sur andino en el mayor intento separatista luego de las guerras civiles luego de la conquista.”

 

 

En palabras del mismo Carlos Hurtado este suceso requiere de mayor atención, como también de un exhaustivo estudio aparte. El “insurgente” Nicolás Dávila Astocuri, fue hijo de don Francisco de Dávila Cancho Huamán, corregidor de la provincia de Huarochirí y de doña Josepha Astocuri Apoalaya, ella fue hija de don Blas Astocuri de Apoalaya, quien regentaba el poder de los tres curacazgos y de doña Josepha Gabriela Limaylla. Los Apoalaya son descendientes por linea directa de Carlos de Apoalaya, último curaca titulado del repartimiento de Hanan Huanca (1657-1698). Según un comentario del antropólogo José Luis Álvarez Ramos, dicho análisis de la revuelta de Nicolás Dávila Astocuri, rompe con la imagen de una sociedad jaujina apacible que fue construída por la historiografía tradicional.

 

 

Finalmente, aquí en el prólogo hay algo que considero de suma importancia y que Francisco Quiroz deja contundentemente asentado, y es sobre algo que ya se escuchaba a media voz y que nadie tenía la valentía de expresarlo por escrito; Quiroz lo hace con mucho orgullo en la antesala de este vital libro:

 

 

“ (...) Ya no se trata hoy en día de romper la tendencia limeño-centrista de la historiografía, como esto era una tarea real hasta unas décadas atrás. Acaso, en medio de un verdadero auge de los estudios regionales y locales, la tarea hoy consiste en dejar de pensar que un estudio sobre Lima es “nacional” mientras que otro sobre el Cusco, Trujillo, Arequipa o Jauja es “local” o, cuando más, “regional”. Los estudios de los últimos años han demostrado la importancia de las regiones en el devenir histórico nacional peruano al mostrar que los hechos y procesos provincianos han incidido en el desenvolvimiento del país. Esto es más evidente cuando vemos que hasta mediados del siglo XIX Lima era, hasta cierto punto, “periférica” en el contexto peruano y el enorme, rico y poblado sur andino el verdadero centro del país.”

 

 

Y es este libro el que cierra con broche de oro el año 2006 la actividad editorial de HALCKON EDITORES, creemos firmemente que la edición tiene un futuro brillante, estimulante y repleto de impulsos para avanzar. O miremos a los alemanes y su poderosa industria editorial, son los primeros a nivel global, no porque exportan a todo el mundo, sino que en un 97% ellos mismos leen lo que producen; y que no darían por tener un idioma tan potente y feroz con infinitas posibilidades como el nuestro. Indudablemente es una lengua que contiene una gran civilización. Evidentemente, editar es avanzar. Es forjar ciudadanos más conscientes, críticos, autónomos, sensibles y libres. En suma editar es una gran tarea con alta dosis de responsabilidad social.

 

 

Julio C. Dávila-Mendiola

Editor
elhalckon@gmail.com