Fragmentos de Tierra chola

A propósito del 464 aniversario de Jauja

Ya han transcurrido más de cuatro siglos desde aquel lejano día, en que las legendarias figuras de los conquistadores, se detuvieron absortas ante la solemne majestad del valle de Jauja,...

Fué en el mes de Abril, cuando la sierra se cubre de verdor y florece la mies, que los conquistadores echaron pié a tierra a orillas del Mantaro y seducidos por su clima incomparable, don Francisco Pizarro, trazó la ciudad de Hatun Xauxa y fundó allí la primera capital del Perú,...

Desde entonces se han sucedido muchas generaciones y a pesar del tiempo transcurrido, subsiste en el alma del pueblo, el carácter de su origen español, en la arquitectura de sus casas de adobe pintadas de cal, con techos y aleros de tejas; de amplios zaguanes, con pesados portones y románticas ventanas enrejadas; de corredores silentes y patios floridos, ...

Aquí en el corazón de este pueblo, cerca de la plaza de armas, del cabildo y la Iglesia, junto a mi colegio, está la calle y la casa en que nací, el mundo inmenso y desconocido de los primeros años infantiles; ...

Aquí cerca, en la Plaza de Armas, en la penumbra del romántico bosque de sus árboles, donde se cobijaba el sueño de los enamorados, ahora el sol está desolado, buscando su antigua sombra, como en una casa vacía, preguntándole a la tierra reseca dónde se esconde el arboricida, para quemarle las uñas y cortarle Las manos; para meterlo preso en la cárcel del desierto, para que se muera de sed y le crezca musgo en los huesos y le brote un árbol en el corazón.

Y aquí, en la calle familiar, cómo duele ahora la dura insolencia de la arquitectura del cemento, que se levanta vertical, en risible afán de ganar el cielo, con la perfecta simetría de su esqueleto frío y sin alma, y su incoloro color, de lenguaje universal, rompiendo la armoniosa belleza de la perspectiva de las paredes centenarias, de adobe, cubiertas de cal, en las que está presente la mano del hombre. ... Aquí ya está demás la torneada balaustrada, del balcón de la casa, al que nadie se asoma, y el farol de la esquina que sólo alumbra el recuerdo; ya están demás la ventana de reja y el geranio.

Ernesto Bonilla del Valle: Tierra Chola, Lima 1973

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