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24 marzo 2005
Incas: presencia de una divinidad incaica (janan) en Lima, conviviendo con la antigua divinidad del Pachakamaq (urin)
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Eusebio Manga Quispe

 

II. Divinidad incaica cerca del adoratorio de Pachakamaq

La divinidad de la parte sur es bien conocida y fue Pachakamaq. Sin embargo, la divinidad de la parte norte (río Rímac) no aparece con nitidez, los rastros que deja no son abundantes y los pocos que hay son confusos; es por esta razón por la que utilizaremos y conjuntaremos datos dispersos para hacer emerger a esta deidad que representaría el poder de los Ingas en la zona costera del Chinchaysuyu.

Mapa, autor Eusebio MangaCristóbal de Albornoz14 ubica a esta deidad en la Ciudad de los Reyes que estaba ubicada en la parte baja de la cuenca de Ichma; y el corregidor Dávila Brizeño apunta la existencia de una esposa de Pachakamaq a siete kilómetros del lugar anterior, en la parte alta de la cuenca de Ichma (comienzo de las serranías de Lima). El primer autor, al referirse a la divinidad del Rímac, apunta la existencia de una simbología y el segundo autor afirma la existencia de un adoratorio, y ambos coinciden en que el templo se encontraba en unos terrenos pertenecientes a Jerónimo de Silva. Antes de ubicar las posesiones de este encomendero y, por tanto, hallar el adoratorio de la divinidad de las alturas, definiremos a la esposa de Pachakamaq en un mito recogido en una zona limítrofe a la cuenca de Ichma. Cabe anotar que los mitos en los Andes no tienen nada que envidiar a las fuentes escritas. Veamos un caso.

«Wakón y los Willka» es un mito que fue recogido por Pedro Villar Córdova, en 1925, en las serranías de los actuales ríos de Chillón y Chancay (provincia de Canta) —véase el mapa—, área que limita con las serranías de Lima, de boca de dos ancianos de Cullhuay, apellidados Cajavilca y Carhuayali. En dicha leyenda épica, intervienen tres divinidades: Wakón15 [waka kón —¿Kon?—], como una divinidad malévola; Pachakamaq como esposo y padre; y Pachamama como esposa y madre de los mellizos Willka (Sol y Luna). En esta construcción mítica, Wakón es vencido y la divinidad Pachamama es identificada como la esposa de Pachakamaq. Reproducimos las partes más significativas del mito en cuestión.

El Dios del Cielo «Pacha-Kamac», esposo de la diosa de la Tierra, «Pacha-Mama», engendró dos hijos gemelos, varón y mujer, llamados «Willkas». El dios «Pacha-Kamac» murió ahogado en el mar de Lurín y se encantó en una isla; por este hecho quedó viuda la diosa «Pacha-Mama»

Mientras los «Willcas» se demoraban en la fuente, el antropófago «Wa-Kón» quiso seducir a la madre de los mellizos; más, no pudiendo efectuar su intento, devoró a la diosa «Pacha Mama», quien pagó con la muerte su gran fidelidad al dios de los cielos, «Pacha Kamac».

[Pachakamaq] comunicó a la diosa «Pacha-Mama» la facultad generadora... Desde la cumbre del picacho [...], por ella, el dios del cielo envía las lluvias, fertilizando la tierra hace que broten las plantas [...] por ella, los animales nacen y crecen para servir de sustento al hombre; [...]

La diosa Pacha-Mama» se quedó encantada en aquel cerro cubierto de nieves perpetuas, como un blanco sudario, que hasta ahora recibe el nombre de «La viuda».

Con el reinado de los «Willcas» transformados en los semidioses el Sol y la Luna, triunfó la Luz y fue vencido para siempre el dios de la noche, el Wa-Kón, vengándose de esta manera la muerte de la diosa «Pacha-Mama», llamada por antonomasia, «La Viuda»

Por último, [Wa-Kón en su búsqueda a los mellizos es aconsejado por el zorrillo de cómo debe actuar]

El «Wa-Kón» subió al cerro sin comprender que allí, la «Zorrillo» había puesto una trampa: comenzó a entonar la canción convenida con débil y angustiosa voz llamando a los «Willcas» como madre cariñosa; y, al fin, puso el pie sobre la piedra fatal de la trampa y rodó al abismo. Su muerte fue seguida de un espantoso terremoto» (énfasis nuestros).

Estos datos presentan la desaparición de la antigua divinidad solar Wa-kón que, en nuestro trabajo «El noveno pachakuteq en el altiplano» (2002), actuó utilizando otros nombres como fue el de «Kon Tiqsi Wiraquchan» o «Pachayachachiq» y, por su simbología solar representaría la antigüedad. El resto de los textos define las interrelaciones de la divinidad costeña (Pachakamaq) y la divinidad serrana (Pachamama). Por otro lado, se observa que Pachakamaq, al morir, pasa al papel de protector abstracto y se simboliza en una isla y su esposa Pachamama se convierte en una montaña de nieves perpetuas, como un blanco sudario y con la facultad de fertilizar a la tierra. Y los hijos de Pachakamaq y Pachamama, que son los Willka (Sol y Luna), se quedaron como dioses más próximos a los hombres; el mito considera a este nuevo espacio-tiempo bajo el «gobierno» de los Willka, como el triunfo de la luz contra el antiguo dios de la oscuridad.

a. Adoratorio de la divinidad de las alturas en Ichma

Jerónimo de Silva, dueño de un terreno donde estaba ubicado el adoratorio del dios de la vertiente del río Rímac tenía la facilidad de poseer y cambiar de encomiendas por los diferentes cargos y servicios que solía prestar; así, en 1549, actuó como visitador16 para averiguar las tasas que pagaban, en tiempo de los Ingas, los componentes del curacazgo de Maranga. Asimismo, también actuó por encargo del Virrey Toledo en 1571 como visitador de Jauja (Espinoza: 1963: 12). Por tanto, fue fácil para este encomendero poseer distintas e importantes posesiones, como se constata en los siguientes textos:

El primer encomendero del curacazgo de Lima fue Francisco Pizarro, a su muerte lo heredó su hija doña Francisca; Vaca de Castro otorgó la encomienda a Alonso Palomino y La Gasca a Lorenzo de Aldana. En 1559 estaban los naturales en cabeza de su magestad y pasaron más adelante [¿1564?]17 a pertenecer a Jerónimo de Silva. (Rostworowski 1978: como nota núm. 85; énfasis nuestro).

La encomienda de San Pedro de Mama pasó por distintos encomenderos: «se traspasaron a diferentes dueños, un hermano del veedor García de Saucedo y al darle a éste en otro lugar sucedió en este repartimiento Juan Fernández y su mujer Ana Cermeño. Luego se transfirió a Jerónimo de Silva, por vía de segundo matrimonio con Ana Cermeño. Jerónimo de Silva, al recibir otra encomienda, deja estos terrenos a Juan de Mendoza y a su esposa Mariana (R.G. Dávila Brizeño [1586] 1965: Pág. 163).

Jerónimo de Silva, en la relación de encomenderos y repartimientos del Perú en 1561, aparece como dueño, por sucesión, de una encomienda en Yauyos (de un total de cuatro que tienen el mismo nombre). Habiendo dicho encomendero recibido su encomienda del Presidente La Gasca y después confirmado por el Marquéz de Cañete y luego le hicieron una nueva encomienda. (Teodoro Hampe M. 1979: 75-117).

El extirpador de idolatrías Cristóbal de Albornoz, en su manual sobre la «Instrucción para descubrir todas las guacas [dioses] del piru y sus camayos [sacerdotes] y haziendas», ubica a dos «wakas» (divinidades) en el mismo espacio geográfico que es Ichma y que se halla entre los ríos Lurín y Rímac. Estas wakas se hallaban en un terreno que correspondía a Jerónimo de Silva. Dicha anotación la realizó entre los años 1581 y 1585:

Pachacamac, guaca prencipal de los indios de la dicha provincia de Ychmay, la más prencipal que ovo en este reino, era una zorra de oro que estava en un cerro, hecha a mano, junto al pueblo de Pachacama. (Albornoz 1989: Pág. 191).

Rímac, guaca de los indios de Lima que se dezían ychmas, donde está poblada la ciudad de los Reyes, era una piedra redonda. Está en un llano donde tiene la güerta Gerónimo de Silva». (Albornoz 1989: Pág. 191).

Albornoz apunta las simbologías de estas dos divinidades. La relación que hace de Pachakamaq con una zorra de oro, se puede entender por comparación, ya que esta divinidad fue la creadora de alimentos de la zona costera: ella fue quien despedazó al niño Vichama (hijo del Sol), de cuyos restos germinaron las plantas alimenticias de clima cálido (yucas, camotes, maíz, etc.). Y la zorra o el zorro aparece en los cuentos andinos serranos viajando al «janaq pacha», o mundo de arriba, en la grupa de un cóndor, pero, al haber sido abandonado en aquellos parajes, decide construir una soga para descolgarse; en el camino, se encuentra con un loro a quien le provoca y éste le rompe la soga; como consecuencia, cae y se estrella en la tierra y de sus entrañas salen las semillas que había comido en el «janaq pacha» (el mundo de arriba) y éstas serían la base de las plantas alimenticias de las zonas altas y de la sierra y, en especial quinua, maca, patata y las plantas silvestres.

Con respecto a la «piedra redonda», esta figura más parece representar a una divinidad superior como la que se encuentra en el dibujo de Salkamaywa: nos referimos al ovoide escoltado por el Sol y la Luna. Sin embargo, en el mismo dibujo aparece Pachamama alineada, en el cuarto lugar de cinco, en la fila que corresponde al astro Sol, y está representada como una montaña de nieves perpetuas como aparece en el mito de «Wakón y los Willka», donde Pachamama se convierte en una montaña de nieves perpetuas, como un blanco sudario;  y en el Cusco existía una piedra en forma de «pan de azúcar» que representaría posiblemente a Pachamama (apuntado por Betanzos, Cristóbal de Molina, Pedro Cieza de León y otros).

Continuando con el objeto de este trabajo, delimitaremos el lugar donde se hallaba la residencia de la divinidad de las alturas.

Hallamos los informes del corregidor18 de Huarochiri, Dávila Brizeño, que describe la provincia de los «Janan y urin yauyos», y habla de la existencia de una divinidad esposa que residía en el pueblo de San Pedro de Mama (hoy rebautizado con el nombre de Ricardo Palma), y que estaba ubicada por encima de la confluencia de los ríos Chaclla (hoy Santa Eulalia) y del río Mama (nombre antiguo del actual río Rímac), lugar en que, en una determinada fecha, tenía una encomienda Jerónimo de Silva, pero que, al recibir otra, dejó estos terrenos a otra pareja.

Hubo en este dicho pueblo de San Pedro de Mama un templo famoso antes de la conquista deste reino, y adorábanle los indios por la mujer del ídolo, o diablo por mejor decir, Pachacama, que fue el mayor idolo y templo deste reino; y era tanta la seguedad desta gente, que no había ídolo a quien no daban mujer y hijos; y como estos dichos dos ríos se juntan cerca del dicho pueblo de Mama, un poco abajo, decían ser las tetas de la diosa mujer de Pachacama, y de sus tetas salían aquellos dos ríos; y así quiere decir teta mama. (R.G.I. Tomo I: Dávila [1586] 1965: 163).

Este adoratorio fue derribado por Dávila Brizeño sin contemplaciones y los restos fueron reutilizados para fines profanos. Pone como fecha de la destrucción de este templo el 6 de enero de 1586 (una fecha cargada de significado judeocristiano).

«Yo el dicho corregidor, lo acabé de asolar, y en la dicha reducción hice la casa del corregidor, y espital [hospital] y cárcel en el dicho templo, por tener buenas paredes, vaciando sus terraplenes». (R.G.I. Tomo I: Dávila [1586] 1965: 163).

De los restos de este adoratorio, el único término quechua que quedó fue  Mama precedido de una palabra foránea que es «San Pedro». Nunca sabremos si el corregidor Dávila Brizeño ocultó inconsciente o conscientemente el nombre completo de dicha divinidad o, tal vez, fuera encubierto por los propios nativos como un modo de protegerla. Pero es significativo anotar que el pueblo de Mama siguió teniendo importancia como un lugar religioso: en este mismo emplazamiento, fueron convocados los «caciques» [Kuraqkas] por Jerónimo de Loayza (arzobispo) en 1562 (Revista del Archivo Nacional. T.IV; 12-14; AGI. Audiencia de Lima 121. En Rostworowski 1978). Nos preguntamos: ¿por qué la reunión aquí y no en Pachakamaq, que era un templo más importante? ¿era un acto para ratificar el reemplazo de la divinidad del altiplano por la nueva divinidad occidental?

Hallamos otra fuente que es las tradiciones de Huarochirí, un documento que fue escrito enteramente en lengua quechua y lleva por título «Runa ynº ñiskaq machunkuna...» («Lo que los indios dicen de sus antepasados...» 19), donde se presentan luchas y reemplazos de dioses, y aquí aparece Mama como un área ocupada por distintas divinidades. En dicha tradición, el dios de los «Yauyos Pariacaca» triunfó sobre Guallallo Carhuincho, divinidad costeña, a la cual desterró hacia la zona «anti» (selva)20. La compañera de Guallallo, cuyo nombre era Manañamca y que moraba en Mama, fue echada hacia el mar por la diosa serrana Chaupiñamca, hermana de Pariacaca, quien se estableció en su lugar. 

A esta última deidad se le festejaba en el mes de junio (Cap. IX, XIII), la época en que bailaban, en su honor, era en la de fertilidad (Cap. X). Si lo hacían desnudos, esta diosa se alegraba Cap. X). A Chaupiñamca le celebraban con el baile «ayllihua». Posiblemente, ayllihua esté relacionado con el término «ayrihua» que es el mes de abril, fecha en el que se cosechaban y almacenaban los productos agrícolas (Cristóbal de Molina [1570], 1989:118). Esta diosa estaba simbolizada por una piedra de cinco brazos (Cap. X). A la llegada de los huiracochas (españoles), se metió debajo de la tierra en las inmediaciones de la casa del cura de Mama (Cap. X). Con respecto a esta divinidad, Gerald Taylor acertadamente sospecha que...

El santuario de Mama parece haber sido dedicado a una diosa simbolizando quizá la Pachamama desde tiempos antiguos. [...] (Gerald Taylor 1987:233)

Nos parece muy plausible la sospecha de Gerald Taylor sobre la relación de dicho adoratorio con Pachamama, y, por nuestra parte, no dudamos en sostener que dicho templo estaba dedicado a la propia Pachamama en tiempo de los Qhapaq Ingas. Y en tiempo de los españoles esta divinidad, de las zonas altas, los nativos la sincretizaron con la fiesta a una imagen de una divinidad europea. Reproducimos un texto del extirpador de idolatrías Pablo José de Arriaga:

Como también se averiguó en Huarochiri por el doctor Francisco de Avila, que para adorar un ídolo en figura de mujer llamada Chupixamor [¿chaupiñamoc = chaupiñamca?] y Mamayoc, hacían fiesta a una imagen de Nuestra Señora de la Asunción, [...].  (Arriaga [1621] 1968: Cap. VIII).

Dávila Brizeño, desdichadamente, no recogió el nombre completo de esta divinidad y sólo habla de una esposa de Pachakamaq y el único término quechua que asentó en su información fue Mama. Según la idiosincrasia andina, los Incas, al llegar a Mama, se sincretizarían con Chaupiñamca, una divinidad también relacionada con la fertilidad, como lo fue Pachamama.

Por tanto, conjeturamos que «San Pedro» reemplazaría a un nombre propiamente nativo que nosotros, como una posibilidad, sostenemos que bien podría tratarse de Pacha, que añadido a Mama daría lugar a Pachamama. Los autores que citamos a continuación suponen que este nombre «pachamama» es la denominación del astro tierra. Entre éstos están Hernando de Santillán quien dice que actuaba como abogada de las mujeres (1968: Pág. 111). Bernabé Cobo dice que Pachayachachiq había dado a la tierra [Pachamama] y al Sol la virtud de crear alimentos. (L. XIII, Cap. V). En el Mito de Wa-Kón y los Willka Pachakamaq fue quien le dio a Pachamama la facultad de la fertilidad. Cristóbal de Molina apunta dos rezos en los cuales a Pachamama se le pide que cuide al Inga (1989: Págs. 91 y 125). Y finalmente, apuntamos dos textos donde se recoge la sincretización de Pachamama con la tierra y su relación con las mujeres.

A Mamapacha, que es la Tierra, también reverencian, especialmente las mujeres, al tiempo que han de sembrar, y hablan con ella diciendo que les dé buena cosecha, y derraman para esto chicha y maíz molido, o por su mano o por medio de hechiceros. (Arriaga [1621]: 1968, Cap. II).

Es cosa comun entre Indios adorar a la tierra fertil, q es la tierra q llaman Pachamama o Camac pacha, derramando chicha en ella, o coca o otras cosas, para que les haga bien (Instrucción contra las cerimonias y ritos que usan los Indios- Tercer Concilio Limense 1985, Pág. 255).

Tanto Mamapacha o Pachamama tienen el mismo significado. En la actualidad, los nativos siguen utilizando estos términos indistintamente.

b. Pachakamaq y Pachamama dentro de los conceptos «urin» y «janan»

Para circunscribir funciones, diferenciaremos a Pachakamaq de Pachamama, en el marco de los conceptos «urin» y «janan», orden que hará emanar peculiaridades de la divinidad del valle de Lurín y del correspondiente al valle de «Rímac».

La divinidad Pachamama, como representante de la zona del altiplano y, como tal, detentadora del calificativo de «reciente» —«janan» en terminología andina—, se acomoda en la parte alta de la zona costera. Y como representante del género femenino, se coloca según direcciones cardinales andinas (que es sobre la base del objeto observado) en el lugar izquierdo, o sea, «urin». Y la divinidad Pachakamaq, en su función de esposo, se halla en la zona derecha «janan» y por tanto, contrapuesto con respecto a la otra divinidad.

Cabe recordar que Pachakamaq actuó como una divinidad lunar y como hembra con respecto a su contendiente la divinidad Solar, padre de Vichama (véase nuestro artículo «La lucha de dioses», 2001). En el presente ensayo, su presencia como «janan», implicaría que los conceptos duales básicos del mundo andino, «urin» y «janan», son posiciones relativas y transitorias que dependerían del lugar y sexo de la divinidad de la etnia incorporada al Tawantinsuyu. Por tanto, este trocamiento de un «janan» (varón) en un «urin» (hembra), apriorísticamente, redefiniría a la deidad altiplánica, y puede que al mismo Pachakamaq, como divinidades que no tenían bien definido el género sexual (que requiere un tratamiento más específico). En definitiva, la divinidad del altiplano utiliza su doble esencia, según conveniencia, para acomodarse en cualquier lugar utilizando uno cualquiera de sus atributos, según las circunstancias, para poder encajar así con sus «contendientes».

No está de más señalar que, en el antiguo adoratorio de Pachakamaq, se encuentra en la actualidad una representación humana estilizada, en madera, que tiene caras en el reverso y el anverso: una de ellas adornada con mazorcas de maíz y la otra con iconografía propia del mar. ¿Es la figura del propio Pachakamaq o representa el esfuerzo de sincretización de la divinidad altiplánica con la divinidad Pachakamaq?

Desde la perspectiva del Titicaca, Pachakamaq se presenta como un «urin» (abajo) y la otra divinidad como un «janan» (arriba) (véase el texto quechua del epígrafe). Pachamama, en su residencia en la costa, en el pueblo de Ricardo Palma (antes Mama), vive en una zona que recibe los rayos solares durante todo el año. Sin embargo, la Lima costera está sin ver ni el sol ni la luna durante ocho meses del año. De este modo, la cuenca de Ichma está cubierta casi todo el año por espesas nubes (como se observa hoy cuando los aviones aterrizan en Lima, se introducen por entre las nubes, para luego llegar a la zona de abajo, que se definiría como la zona «ura» o «urin»).

Ahora conectaremos a la «waka» de Pachakamaq con la «waka» general del curso del río «Rímac»; al «Kuraqka» de Pachakamaq con el «kuraqka» del valle de «Rímac».

«Taulichusco hera yanacona e criado de Mama Vilo muger de Guayna Capa a otro primo hermano que tenía el dicho Taulichusco que se dezia Caxapaxa que era principal tanbien en este valle era yanacona e criado del dicho Guayna Capa». (AGI. 1555: Lima 204, fol. 6r. en Rostworowski 1978, Pág. 78).

Tenemos un testimonio aislado, del temprano cronista [1553] Pedro Cieza de León (1985), quien recoge que Qhapaq Yupanqui «el Pachakuteq» pactó con los sacerdotes de Pachakamaq la construcción de un templo solar, ubicado en el mismo adoratorio de Pachakamaq21, que debía de estar gobernada por mamaconas (sacerdotisas) que, posiblemente, simbolizaban a Pachamama.

«contentóse [Qhapaq Yupanqui] con que se hiciese casa del sol grande y con mamaconas y sacerdotes para que hiciesen sacrificios conforme a su religión» (Cieza: Cap. LVIII).

Todos los fundamentos que hemos expuesto nos permiten conjeturar la existencia de la divinidad de las alturas en la costa, conviviendo, y sin menoscabar el poder de la antigua y poderosa divinidad Pachakamaq. Pero cabe señalar que esta reconstrucción, a su vez, ha hecho eclosionar otros datos o ideas propias del mundo andino, que, a modo de conclusiones generales, apuntaremos como una forma de llegar a bases sólidas para una reflexión o discusión sobre la historia del mundo andino, al que naturalmente está abierto este ensayo. Científicamente, corresponde a la arqueología complementar o desestimar nuestra conjetura.

Conclusiones

Primera conclusión: la divinidad del Rímac fue una deidad de reciente incorporación en Ichma. El kuraqka que residía en el río Lurín [gobernante de la saya de la zona urin] actuaba como dominante con respecto a los que residían en el río «Rímac». A su vez, los dos Kuraqka/s del río «Rímac» (Taulichuscco y Caxapaxa) aparecen como autoridades que respectivamente dependían el primero de la Coya (esposa principal del Inga) y la segunda autoridad del propio Inga. Las dos autoridades controlaban a varios «kurakazgos» y sus «ayllus», los que, a su vez, estaban también gobernados por dos personas. Y hecho muy importante, las dos autoridades recientes, tanto Taulichusco como Caxapaxa, del Curso del río Rímac fueron consideradas como «yanaconas» y «criados», un término que los invasores europeos utilizaron como sinónimo de «esclavo» y aun en la actualidad en algunos estudios todavía se puede leer como sinónimo de serviles (siervos), utilizando categorías propias de la tradición europea que no corresponden a la realidad andina.

Segunda conclusión: el término Rímac o Lima se presenta como una palabra polisémica con amplio significado; en una de sus acepciones, marca un espacio geográfico amplio que circunscribe toda la ribera del río Rímac, lo que, a su vez, ha posibilitado ampliar el área territorial primigenia y nos ha permitido sostener que el adoratorio de la divinidad foránea Pachamama estaba en la parte alta de dicha ribera, a siete kilómetros.

Tercera conclusión: este ensayo ha hecho emerger una particular forma de ampliación territorial en los Andes, donde los supuestos «invadidos» (los costeños), en este caso, controlan a su «invasor» de las zonas altas o serranos. En este caso hallamos un supuesto «imperio» que no tiene ningún parecido con el concepto imperial que conocemos en el mundo occidental. A su vez, los dioses abstractos propios de los grandes imperios, en el caso andino, al menos en el presente ensayo, se convierten en lo que la antropología conoce como «dioses ociosos» y dan paso a divinidades más cercanas al hombre; hecho este que tampoco coincide con la idea de divinidades monoteistas dominantes propias del mundo occidental (se requiere un trabajo más específico).

Cuarta conclusión: emerge una convivencia pactada entre la divinidad Pachakamaq y la divinidad de la zona alta, lo que hace traslucir un modo de entrelazamiento entre las «naciones» del mundo andino e, indirectamente, se vislumbra el funcionamiento de la complementariedad de los conceptos «urin» y «janan». Un «janan» en la costa como «urin» y puede que un «urin» costeño en el Cusco como un «janan». No parece casual la existencia de arena llevada de la costa a la plaza central del Cusco o Waqaypata, arena de la que estaba rellena dicha plaza, por una altura de dos palmos y medio y entre la arena enterradas pequeñas figuras de oro de plantas, animales y humanos y se tenía gran veneración a esta plaza. Polo [1571] 1990: Cap. XVII.

Quinta conclusión: la mitología que hemos visto hace emerger al paso de un pachakuteq a otro pachakuteq, donde las divinidades abstractas, tanto Pachakamaq como Wakón (Waka Con) o Con tiqsi Wiraqucha, también Pachayachachiq (que es la misma divinidad), pasan a una situación de «descanso» (dioses ociosos) y dejan el gobierno espiritual al Sol, a la Luna (que son los hijos) y al cuidado directo de la divinidad Pachamama (simbolizada en la montaña con nieve). Cabe señalar que, en el mundo andino, el paso de dioses abstractos a dioses tangibles, al parecer es el producto de una larga evolución espiritual (¿qué es la evolución espiritual, es el paso de lo abstracto a lo tangible o de lo tangible a lo abstracto?). En este artículo bien se aprecia el concepto de solarización, que se apuntó de un modo inconcluso en El Dios Creador Andino, de Franklin Peace.

Sexta conclusión: a modo de preguntas:, ¿qué pasó con la confraternización de Pachakamaq y el dios de los occidentales, donde Pachakamaq tuvo el placer de afirmar que él y el dios de los invasores eran de la misma esencia? 22 ¿Quién hizo de esposo y quién de esposa? ¿Qué relación existía entre la divinidad Con Tiqsi Wiraquchan (género ambiguo) y la divinidad Pachamama (¿mujer?)? ¿Por qué, en la actualidad, se festeja, en el mundo andino, a Pachamama en lugar de Con Tiqsi Wiraquchan o Pachayachachiq? ¿Por qué se sigue llamando a los blancos y a los mistis (mestizos) «wiraquchas»?

* * *

Continúa anexo y bibliografía...


Notas

14.Cristóbal de Albornoz parece que fue natural de Castilla, nacido en 1530. Fue párroco a los 30 años del arzobispado del Cusco (tuvo la esperanza de recibir la mitra de obispo) y hablante del quechua. Escribió un manual entre los años 1581 y 1585, posiblemente para el tercer concilio provincial de Lima (1582), al que titula «Instrucción para descubrir todas las guacas [dioses] del piru y sus camayos [sacerdotes] y haziendas» [bienes de la Iglesia nativa]». El Virrey Toledo le nombró Visitador en 1570. En sus andanzas, tuvo la colaboración de Waman Poma de Ayala (1569 - 1571). Fue uno de los primeros que se enteró del resurgir de la religión nativa «taqui onqoy», convirtiéndose, a partir de este momento, en un eficaz aplicador de las leyes represivas de los concilios del Perú. No dudó en hacer azotar, trasquilar y encerrar perpetuamente a los sacerdotes nativos. No desaprovechó su función de etnocida para, rastrear minas y aparece como dueño de una mina en Vilcabamba. Pierre Duviols: 1989: 137-155 (en «Cristóbal de Albornoz»).

15.Wa-Kon puede interpretarse como una corrupción de «Waka Kun». Con respecto al morfema kon, diremos que, en boca de un hablante del quechua, se convertiría en kun. Con esta observación, llamaremos a este personaje Wakun.

16.Jerónimo de Silva, visitador: Cobo 1964: T. 92, L.I.; Sta. Clara 1963: T. 165, Subtomo 1º, L. II, Cap. LXXXI. Jerónimo de Silva y Antonio de Ribera, en 1549, en tiempo de Pedro de la Gasca, fueron dos de los designados como visitadores de Maranga (para la averiguación de tributos que pagaban en tiempo de los Ingas). « Se percibe el poco interés que tuvieron los encargados de cumplir la visita y en averiguar la verdadera situación de los naturales, para ambos asunto de poco interés [...]. A la pregunta de si eran bien tratados, no quisieron responder [los naturales]» Rostworowski 1978: 92 - 97.

17.Fecha aproximadas: Presuponemos la fecha alrededor de 1564 en razón a que Gonzalo Tantachusco, gobernador de la «reducción» de Magdalena (donde residían todos los «kuraqkaq» de la cuenca de Ichma), presenta una reclamación en 1564 para evitar que se le encomiende a Jerónimo de Silva y pide seguir encomendado en Cabeza de Rey, reclamación que, desafortunadamente, no fue oído y fue ejecutado a favor de Jerónimo de Silva.

18.Corregidor: funcionario real que reemplaza al encomendero: El rey Felipe II (1556-1598), informado de que las colonias ya no eran productivas, dispuso combatir la perpetuidad de las concesiones de encomiendas, ordenando el nombramiento de corregidores para administrar en la encomienda vacantes (Málaga 1974:152). El Virrey que aplicó esta órden fue Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete (1556-1561), siendo estos corregidores cesados por denuncias de corrupción escandalosa; posteriormente, fue restablecido por el Gobernador de la Colonia Lope García de Castro (1564-1569), arguyendo que protegería a los nativos Rowe: 1957:161 (en Anders B: 1990:28)

19.«Lo que los indios dicen de sus antepasados»..: Estas tradiciones han sido traducidos al castellano por varios autores entre ellos por José María Arguedas con el nombre de «Dioses y hombres de Huarochiri» (1966), por Gerald Taylor, una obra monumental con infinidad de entradas, con el título de «Ritos y Tradiciones de Huarochiri» (1989).

20.Viaje hacia la zona «anti» (selva). El hecho de que Guallallo fuera desterrado hacia la selva, y no hacia la dirección del oceáno Pacífico, confirma que este personaje sólo fue un seguidor de una divindad superior que,  por los rituales y simbología se trataría de Pachakamaq. Las divinidades superiores siempre desaparecen en la dirección oeste, donde se pone el sol (oceáno Pacífico). Así lo hicieron las divinidades «Pachakamaq», «Con», «Wiraquchan».

21.El santuario de «Pachakamaq» ha sido excavado desde principios de siglo por Max Uhle (Alemán) y los peruanos Julio C. Tello y, últimamente, por Jiménez Borja. El núcleo principal y más antiguo es una especie de pirámide escalonada; en sus alrededores se hallan construcciones del tiempo de los Qhapaq Ingas.

22.«Tercer Concilio Limense. Doctrina cristiana y catecismo para indios» [1583] 1985, Pág. 262; Ramos Gavilán [1621] 1976 Pág. 88; Cieza de León Crónica del Perú [1553] 1984: Pág 287 Cap. LXXII, Las Casas  [1566] 1958: Cap. CXXXI, Calancha [1638] L. II, Cap. XIX.

Continúa anexo y bibliografía...


© 2005, Eusebio Manga Quispe
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Para citar este documento:
Manga Quispe, Eusebio: «Incas: presencia de una divinidad incaica (janan) en Lima, conviviendo con la antigua divinidad del Pachakamaq (urin)», en Ciberayllu [en línea]


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