A la portada de Ciberayllu

23 julio 2004

Homenaje a una revista virtual�

En París, dos poetas presentaron a Ciberayllu: un peruano y un chileno

Carlos Henderson

Un perro aullando
mordió la luna
no vi sangre sobre la herida
sólo el disco negro.

D. Kraniotis

París ama la poesía. Tanto como Lima.�En París se escriben muchos poemas. Tanto como en Lima. Tanto�como en Lima se difunden�poco. Los poetas, estamos a la caza de una editorial en el lado de allá�y en el lado de aquí también. Para Cortázar, en Rayuela, esos dos lados eran todo lo contrario. A mí, para seguir  en concurso (no lo nombremos), me piden cien dólares después de haber sido seleccionado (no digamos entre cuántos concursantes, por vergüenza ajena). Y desde Lima (no los nombremos) me llega la invitación para integrar una antología de poesía  latinoamericana «muy importante»; pero a cambio de cincuenta dólares. Otro proceder es el de la revista virtual Ciberayllu, donde he encontrado tantos lectores en dos días como antes tenía en una década. Donde siempre me han publicado de una manera prolija y sin sacarme ni siquiera una sonrisa.

Ahora en serio.

Vallejo sigue vivo en París. Se adelantó a cuanto evento poético se organizó en esta ciudad: a La Primavera de Poetas, que la festejan en mayo y al Mercado de la Poesía, que acaba de terminar. Vallejo salió en la primera página de la Lettre N° 43  (en abril), que publica cada trimestre La Maison des Ecrivains, con algunos fragmentos de su poema «Los nueve monstruos», traducidos por Claude Esteban, el presidente de  esa «Casa»: el mismo Claude Esteban que, no pudiendo asistir a la Presentación de la Revista Ciberayllu, envió estas palabras de adhesión: «Con fervor y simpatía, saludo a los poetas que se han reunido en  homenaje a la revista Ciberayllu, y los felicito en tanto que poeta y presidente de la Maison des Écrivains, por haberse reunido proveniendo de diferentes horizontes y de diferentes lenguas.»

En momentos en que la sociedad francesa sufre de  más de una crisis, de arremetidas de la ideología y de la acción de la globalización contra los servicios, es emocionante que hombres que creen en la palabra, porque simplemente creen en el poder de la vida, en los posibles de la vida, se reúnan para decir el producto de su júbilo o de sus heridas. De sus grandezas y de sus flaquezas. Que, al decir de alguien, después son sus grandezas. Cierto, ellas significan resistencia. En un orden mundial que es un desorden planetario. Jamás de los jamases, nunca como el de hoy. En otras palabras,  fogosidad y fragilidad, propias del hombre del siglo que comienza a mostrar su ojo torvo, son dos líneas paralelas que se reúnen en un infinito incierto. Pero nos demuestran que se sigue avanzando. Paso a reseñar  el homenaje a Ciberayllu después de una pequeña referencia.

Se trata de una revista literaria en español que aparece en la red Internet. Para su presentación se hizo una invitación que llevaba un detalle de un dibujo de Alberto Guzmán. La Mesa estuvo compuesta por el editor de la revista, Domingo Martínez Castilla, de la Universidad de Missouri; por Thierry Lalande, responsable de la colección de instrumentos cientificos del Museo de Artes y Oficios de París (quien hizo un breve panorama de la red cibernética), y por el que escribe estas líneas. Se inició el acto con lectura de poemas y se intercaló la música. Una prestación musical que estuvo a cargo de cuatro jóvenes, dos de ellos terminan sus estudios en el Conservatorio de Música de París: Lisa Bidault en la viola da gamba, y Thomas Dunfurd, otro joven músico, en la guitarra barroca (franceses). Los otros dos músicos: un argentino, Pablo Krantz (que también escribe en Ciberayllu) y el francés de origen egipcio, Aallam Wassef. Los poetas: un poeta griego, Dimitris Kraniotis; un tunecino, Tahar Bekri;  y  cinco hispanoamericanos, Luisa Ballesteros, Ingrid Tempel, Orlando Jimeno-Grendi —el maestro de ceremonias—, Pablo Krantz, y yo, Carlos Henderson.   El presentador del evento, políglota, así lo demuestra en el siguiente apunte sobre la presentación de Ciberayllu en París.


 

CIBERAYLLU

Orlando Jimeno Grendi

There’s a world elsewhere...
W.Shakespeare.

Miércoles 23 de junio, 2004, se presenta en el I.H.E.A.L. (Instituto de Altos Estudios de América Latina, Sorbonne III) de París, la revista Ciberayllu, publicación virtual que desde noviembre de 1996 aparece en la red global, editada, concebida, creada por su editor, el multifacético peruano residente en los EE.UU., Domingo Martínez Castilla.

Tocar un libro es tocar un hombre, decía W. Whitman. Quien funda y difunde una revista fusiona lectores y autores; en cada número�refunda la poesía, infusiona en este caso preciso y precioso el alma y la técnica. Sin masificar el misterio poético, lo democratiza al lector en su acto.

Por un instante mágico, es decir eterno, lector y autor participan de la acción creativa: lo que Goethe en su fáustico personaje propone al comienzo: Am anfang war die Tat... Como Cendrars: La poésie est un acte. Comunidad de autores y lectores, poesía de la voz para las voces de la poesía. Múltiple en la unitaria dispersión; diversos horizontes y lenguas coinciden en este punto energético: pacto e impacto opuestos. Heráclito lo denominó Enantiodromia: complementar diferencias. Otorgar visión al enigma de la relación incierta.

¿Cómo no evocar al griego Dimitris Kraniotis, cuya fonética suena tanto a español, y la belleza mediterránea del tunecino Tahar Bekri?

El joven talento de los músicos advino a la musa sororal de la letra: el sonido. Oír, para ver la imagen. Apolo y Dionisos. El acto lo coordinó el poeta peruano Carlos Henderson, sobrio, sentido y ceñido. Lo presentó un servidor, in actu en su promesa y premisa. Lo presidió su fundador Domingo Martínez Castilla.

Lo precisó en su ponencia y pertinencia científica Thierry Lalande. Lo confirmó la presencia generosa del público. From spell to prayer (del hechizo a la plegaria), la poesía supera la dicotomía de lo sagrado/profano. Encanta, decanta, cuenta lo que canta; misión de la poesía: Ciberayllu; testimonia y difunde; invoca, evoca y convoca.

Paris 26.06.04

* * *


Nota del editor: Se agradece mucho el entusiasmo de Carlos Henderson y de los miembros del Centre Culturel Péruvien (CECUPE) de París, que hicieron posible esta memorable reunión. Y se toma con mucha humildad la generosidad de los términos expresados en esta página.

Hay disponibles fotos del evento.


© 2004, Carlos Henderson
Escriba al autor: carlos.henderson@wanadoo.fr
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Para citar este documento:
Henderson, Carlos y Orlando Jimeno Grendi: «Homenaje a una revista virtual.� En París, dos poetas presentaron a Ciberayllu: un peruano y un chileno», en Ciberayllu [en línea]


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