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31 marzo 2005

Breviario de crítica literaria

Ricardo Vírhuez Villafane

 

  1. El escritor es, en primer lugar, un cr�tico de su realidad y por ello selecciona determinados aspectos del mundo para recrearlos seg�n los modelos que su imaginaci�n e intereses le requieran. Lo mismo hace el cr�tico, pero no frente al mundo sino frente a la obra literaria. El cr�tico selecciona determinados aspectos de la obra literaria y se enfrenta a ellos. En resumen, el cr�tico sintetiza esa otra gran s�ntesis realizada por el escritor, y esos son sus l�mites. La idea de una cr�tica neutral u objetiva es por ello imposible. El cr�tico no es un francotirador, sino el soldado de un ej�rcito llamado ideolog�a.
  2. El cr�tico no es necesariamente un lector especializado, pues debido a la constante novedad de la creaci�n literaria nadie puede estar totalmente �especializado� o reparado para enfrentarse a los nuevos retos de la creaci�n literaria, la cual siempre va por delante de la cr�tica para someterla al reto de la interpretaci�n y la lectura.
  3. La necesidad hace que las armas de la cr�tica sean en la actualidad diversas, multidisciplinarias y omn�voras. Pero solo se trata de instrumentos, los cuales sirven para el inevitable salto al vac�o que es el intento de alcanzar la comprensi�n total de la creaci�n literaria. �Qu� es la cr�tica literaria, sino sorpresivos, inteligentes y constantes saltos al vac�o para aprehender la literatura, siempre esquiva, enriquecedora, novedosa?
  4. Los instrumentos de la cr�tica, cuando se confunden con sus objetivos, producen la metacr�tica sospechosa, arrogante, que mira por encima del hombro a la creaci�n literaria porque, en el fondo, se sabe inferior a la imaginaci�n verbal de la literatura que justifica su existencia. Pero la cr�tica es inseparable de la creaci�n. Porque todos los intentos de acceder a la belleza de la palabra alcanzan su cima en la cr�tica, depositaria de las esperanzas para la comprensi�n y el mejor goce de la obra literaria.
  5. El conocimiento de la tradici�n literaria, es decir, del desarrollo continuo de la literatura a trav�s de los tiempos, confunde a menudo a la cr�tica. Supone que la producci�n literaria debe ser continuidad y no ruptura ni retroceso. Y la cr�tica califica y valora en lugar de comprender. Pero la creaci�n literaria tiene su propia manera de existencia y com�nmente retrocede para saltar mejor. Tambi�n retrocede para demostrar que la continuidad es un malentendido. Y retrocede, finalmente, porque la creaci�n es libertad, algo que la cr�tica, atada a sus m�todos e instrumentos, todav�a desconoce.
  6. Frente a la libertad creadora, la cr�tica opone burocracia, reglas, c�digos, busca coherencias, inventa conceptos, propone categor�as. A menudo la cr�tica cae en su propia trampa, e impone �en lugar del canon literario� el canon del mercado. El canon del mercado a menudo es literatura sospechosa y casi siempre es subliteratura: la obra famosa, la obra impuesta.
  7. El canon literario en cambio es la summa, lo cernido, la ruta. El canon literario es propaganda. Y por eso es ideolog�a y es pol�tica. De ah� su importancia y la explicaci�n de por qu� la cr�tica entrampada, a veces, quiere hacer pasar el canon del mercado como canon literario.
  8. A la cr�tica hay que exigirle rigor, y la misma cr�tica se vanagloria por ello. Pero ella no se exige creatividad, porque no puede traspasar los l�mites que sus propios instrumentos le permiten. �Qu� es rigor en la cr�tica literaria? Es el conjunto de categor�as, m�todos y recursos que el cr�tico debe conocer y aplicar correctamente.
  9. Entre las diversas maneras de hacer cr�tica literaria, es la cr�tica acad�mica la que exige rigor a la cr�tica por razones de imagen. Para demostrar que los cr�ticos acad�micos estudiaron 5, 10 o 20 a�os y se encuentran mejor capacitados que aquellos que solo rese�an en peri�dicos y revistas. �Y por qu� la cr�tica acad�mica, en lugar de exigir rigor, no pide creatividad, penetraci�n, intuici�n? Porque la cr�tica se sabe limitada. Sus instrumentos son su medida, la prueba de su existencia.
  10. �Por qu� la cr�tica acad�mica denuesta y se burla de la cr�tica fugaz de peri�dicos y revistas? Principalmente, debido a celos por la cercan�a de la cr�tica period�stica con los lectores. �Porque qui�n lee a los cr�ticos acad�micos? Ellos dicen que no les importa si nadie los lee, porque escriben y publican para un p�blico m�nimo, especializado. As�, la cr�tica acad�mica se sabe incapaz de acercarse a los lectores. Y solitaria, ve apolillarse sus textos con la �nica satisfacci�n de haber sido rigurosa.
  11. Pero la cr�tica period�stica no es un lecho de rosas. Se trata casi siempre de un pantano mercantil y argollero, c�lebre por su imprecisi�n, pero de una vitalidad extraordinaria. Por su car�cter impresionista, fresco, afirmativo, por su falta de escr�pulos en la calificaci�n, la cr�tica period�stica ha influido realmente en la opini�n de los lectores y en la carrera literaria de los escritores. Es una cr�tica creativa, equivocada casi siempre, a veces con chispazos de genialidad, m�s intuida que pensada.
  12. Si la cr�tica acad�mica es peligrosa por sus desplantes de pavo real, la cr�tica period�stica es mortal por su irresponsabilidad. Curiosamente, esta situaci�n fronteriza constituye la belleza de la cr�tica. Los ejemplos de maltrato a escritores son innumerables, y la lista de sus v�ctimas, infinita. Sin duda, si la cr�tica es m�s famosa por sus yerros que por sus aciertos, ello se debe a que ninguna cr�tica es objetiva o acertada, a menos que la confunda con el elogio que la amistad o el buen humor pudieran procurarnos.
  13. La cr�tica, en consecuencia, solo realiza acercamientos, solo enamora, rodea, lanza redes, requiebra, corteja, seduce de mil maneras, y si la entendemos as� no caer�amos en la demagogia de solo exigir rigor a una disciplina que deber�a ser sencillamente creativa.
  14. El placer de una rese�a period�stica se mide por el riesgo que �sta asume frente a la creaci�n. La valoraci�n inmediata reemplaza al m�todo, pero sin saberlo abre puertas e intuye caminos que por falta de espacio no puede recorrer, y luego los olvida. La cr�tica literaria en el Per� est� colmada por este tipo de experiencias, y quienes lo ejercitaron con un vigor que aun ahora fascina fueron los propios creadores.
  15. Salvo honrosas excepciones, han sido los escritores quienes enrumbaron la cr�tica literaria por el camino que ahora la cr�tica acad�mica recusa: la improvisaci�n, la f�cil valoraci�n, la ausencia de amplitud y de m�todo. �Pero qu� cr�tico acad�mico ha hecho cr�tica, en pocas palabras, con la misma o mejor belleza que los propios escritores en sus improvisadas rese�as? �Qu� cr�tico acad�mico se ha abierto tanto a la literatura en provincias como los propios creadores provincianos, con rese�as, comentarios breves, art�culos escritos al vuelo?
  16. La cr�tica, ante todo, es estimulante. Es una cortina que repentinamente se corre y nos permite mirar lejos y profundamente. La cr�tica no es belleza pero nos permite verla con otros ojos, gozarla de otra manera. La cr�tica comparte, no impone. �Existe este tipo de cr�tica? Sin ninguna duda, y tenemos una importante tradici�n pedag�gica al respecto, as� como muchas pruebas de lo contrario.
  17. Tal vez las afiladas armas del rigor cr�tico deber�an apuntar contra blancos que mejor se lo merecen. Por ejemplo, el canon del mercado, la imposici�n publicitaria, la ideolog�a intimidante, los �dolos de barro, las pr�cticas mercenarias de rese�adores de p�ginas culturales de peri�dicos. Y rendirse sin rencor ante la creaci�n literaria.
  18. La cr�tica literaria tiene mucho camino que recorrer ante una realidad tan m�ltiple como la peruana. Por suerte, no somos un pa�s monocultural, no somos una sola naci�n ni una sola tradici�n literaria. Somos muchas lenguas, diversas tradiciones, variadas pr�cticas creativas. La abundancia de la literatura oral a�n sigue alimentando a la literatura peruana en general. Nos rodea la multitud por todas partes. �C�mo no ser un cr�tico amplio, multiling�e, historiador, antrop�logo, poeta y cr�tico al mismo tiempo?
  19. Como la poes�a y la narrativa, la cr�tica es tambi�n un sue�o, un instrumento, un resultado, un camino para dignificar la vida humana. Es la v�a que une los numerosos caminos de la cultura del hombre. Y la que nos repite que ante todo hay una verdad irrecusable: que hay muchas tareas pendientes, muchos sue�os inconclusos, muchas realidades que transformar.

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© 2005, Ricardo V�rhuez Villafane
Escriba al autor: rvirhuez@yahoo.com
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Para citar este documento:
V�rhuez Villafane, Ricardo: «Breviario de crítica literaria», en Ciberayllu [en línea]


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