Mensaje del kuraka

o habrá forma de olvidar este agosto del 2000. Muchos de los colaboradores de Ciberayllu, y este editor en particular, estaremos extrañando por el resto de nuestras vidas la presencia de Maruja Martínez, quien fue un estímulo fundamental para lanzar este proyecto hace ya casi cuatro años. Con esa mezcla de apoyo y exigencia, ese peculiar cariño intransigente que nos hizo sentir desde siempre, Maruja era una de las personas por las que se hizo Ciberayllu. Y su recuerdo siempre estará vigilando la calidad de este modesto esfuerzo, que seguiremos empujando mientras logremos incrementar el interés de lectores y escritores, mientras tengamos algo que decir, lo digamos razonablemente bien y lo encontremos relevante.

Después de acompañarla en sus momentos finales y de cumplir sus encargos más fáciles (como regar sus fértiles cenizas en la jaujina laguna de Paca y en la campiña de Santa Rosa de Ocopa, lugares que amó desde niña), nos queda hacer caso de sus pedidos finales: «Estén bien», nos dijo a muchos, «traten de ser felices». Ojalá que podamos seguir unidos en la búsqueda de un mundo más justo más allá del llanto y esa muy explicable sensación de abandono que sentimos. Tendremos ahora que protegernos nosotros mismos de las obvias pobrezas que cargamos.

(Ser felices, tratar de serlo. Nos toca eso, América Latina, y habrá que encontrar las formas, y cantar mientras se desbrozan los espinosos caminos que nos toca vivir. Gozar de la música, un atardecer, las sonrisas de quienes amamos, haciendo nuestros los logros de todos. No habrá quien aplaste los deseos de hacerlo. No habrá quien apague las luces del futuro. Siempre habrá una canción y un motivo para cantarla.)

Abrimos agosto con una nota de Eduardo Cáceres en memoria de Maruja, a quien no le hubiera gustado que Ciberayllu cerrara por duelo ni nada por el estilo, así que, apenas regresados del Perú, nos abocamos a tratar de poner al día nuestra publicación. Y en eso estamos.

La muerte (siempre vienen en grupos) del vate e independentista puertorriqueño Francisco Matos Paoli ha sido ocasión para que, gracias a los buenos oficios de Antonio Bou, lo recordemos a través de sus escritos: un poema de su libro Contra la interpretación, y una selección de diez décimas caribeñísimas, ambas con notas de Antonio, quien también nos envió cinco modernos sonetos suyos dedicados a la memoria del compañero de Pedro Albizu.

Damos la bienvenida al sanmarquino Alberto Mosquera Moquillaza, quien desde Lima escribe sobre la relación que con la llamada Ciudad de los Reyes tuvieron el escritor Vargas Llosa, el pintor Víctor Humareda y el compositor Felipe Pinglo, cubriendo entre ellos buena parte del siglo XX.

Y cerramos agosto con una instructiva nota de Víctor Hurtado Oviedo sobre aliteraciones y cacofonías en la escritura: la recomendamos mucho.

Hasta pronto, pacientes lectores.

Domingo Martínez Castilla
Kuraka editor de Ciberayllu
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