Mensaje del kuraka

Primero de enero del 2000
[Ciberayllu]
Arguediana
Arguediana

Barra de selección

Año 2000, primer día. Un dos y tres ceros cuya magia se ha impuesto para hacer toda clase de evaluaciones, pronósticos y celebraciones, por encima de cualquier lógica que indica que es sólo un artificio humano para evaluar el tiempo. Celebramos básicamente un dos con tres ceros. De pequeños, soñábamos con la llegada de este número mágico, lejano, absurdo, a nuestros almanaques. Y ahora que está acá no sabemos muy bien qué hacer con él. Todas nuestras mediciones del tiempo están basadas en categorías arbitrarias e irregulares, pero son parte elemental de cualquier cultura, como lo es la dominante en esta época de la globalización, obsesionada con lo lineal (otras culturas ponen más peso en los ciclos que en los «avances»). Dos mil o no dos mil, hay sin duda muchas cosas que hace veinte años no se podía imaginar: esta «página» es un claro ejemplo de un fenómeno cuya importancia parece habérsele escapado hasta al más perspicaz de los escritores de ciencia ficción. Viajes a las estrellas o al centro de la tierra, sociedades totalmente automatizadas, vida eterna, paz o conflagración mundial, viajes al futuro o al pasado, son cosas que mucha gente considera posibles, gracias a la imaginación de escritores como Verne, Wells, Mark Twain, Clarke, Capek, y decenas de otros. Pero los sistemas libres de intercambio de información como la Internet no parecen estar por ningún lado en los textos literarios futuristas del pasado. Orwell imaginó redes de computadoras como medios de represión (que aún pueden serlo si no estamos alertas a los esfuerzos que algunos gobiernos y corporaciones hacen por controlar la red), no de comunicación abierta e intercambio libre de información. Y el sistema militar norteamericano, que desarrolló la base de lo que hoy es la red de redes, no lo hizo para que fuera lo que hoy es, sino todo lo contrario. Dos mil o no dos mil, la red es una dinámica y cambiante realidad cuyos alcances todavía no podemos percibir cabalmente. Y acá estamos: un rinconcito donde vienen a abrevar las sedientas mentes de lectores de todo el mundo interesados en América Latina, en el Perú, en la literatura, en nuestra humanidad.

A pesar de todos los aparatos y sistemas, seguimos siendo los mismos seres humanos de hace doscientos, mil o cuatro mil años: muchos, la mayoría de quienes tenemos el pan diario, queremos probablemente que se nos deje vivir tranquilos; otros queremos cambiarlo todo y andamos enamorados de la utopía, si bien en la última década la brújula se ha vuelto incierta; unos pocos lo quieren todo, porque es la única forma de asegurar lo mucho que ya tienen; y los más, quienes gozan de las abundantes carencias que el mundo sabe darles, usan el ingenio para extraerle vida al sistema, o menos frecuente pero más sonoramente, lo cambian súbitamente para reacomodarlo todo. ¿Será en verdad la violencia la partera de la historia, o tendrá más bien el carácter de un virus que se alimenta de ella para propagarse nuevamente luego de un periodo de inhibición? ¡Vaya uno a saber! Todo cambia tan rápido ahora que quizás el futuro, como en los versos de Benedetti,

ya casi está llegando
con su mejor noticia
con una estrella pobre
sin nombre todavía

lento pero viene
el futuro real
el mismo que inventamos
nosotros y el azar

¡Ah, don Mario, qué lindo que fuera así! Le presto mis ojalases, mis diosquieras y mis diosteoigas incrédulos pero optimistas. Páseselos a quienes se nutren de esperanzas, a quienes lanzan el grito de ya basta. Lléveselos a esta América Latina que tanto necesita de un abrazo, un verso, un compañero de los de antes y de ahora, una mano amiga, un confidente, un momento de placidez sin torturas ni sobresaltos. Que vuelen la paloma, el halcón, el picaflor, la mosca muerta y la avispa.

(¡Aterriza, kuraka!)

Mil novecientos noventainueve. Creo que vamos a extrañar ese uno con que comienzan todos los años que hasta ahora nos había tocado. Para empezar el primer mes del primer año que empieza con dos, Ciberayllu ofrece a sus lectores un cambio de política, modestísimo pero cambio al fin: hasta ahora, la única atribución que hemos incluido ha sido la del nombre de los autores. Eso cambia a partir de hoy, pues lanzamos la sección de Autores, en la que aparecen breves notas bio-bibliográficas de la mayoría de nuestros colaboradores. Esperemos que esta información ayude al lector a ubicarnos en la geografía intelectual latinoamericana.

Para cerrar el año, hemos publicado en diciembre material muy variado. Para empezar, Juan Acevedo, sin duda uno de los más notables dibujantes latinoamericanos, nos envía la Introducción de su libro Pobre Diablo y otros cuentos, que es una crónica personal de cómo se fueron produciendo sus historietas. (También se incluye una breve reseña del libro, por este editor.)

De sus viajes de investigación literaria por Colombia, Edward Waters Hood rescató una entrevista hasta ahora inédita al ya fallecido periodista colombiano Germán Vargas, amigo de García Márquez y personaje de más de una de sus novelas.

En lo que a creación se refiere, Cecilia Bustamante ha tenido a bien compartir con nosotros seis poemas de su libro inédito La otra piel, el otro aire. Y Dante Castro, narrador peruano, nos trae a cuento la reciente violencia política en la selva del Perú, con una breve historia llena de magia.

De más difícil catalogación es una didáctica y divertida pieza de Víctor Hurtado, que nos da una clase de retórica basada en ejemplos sacados exclusivamente de boleros. Hipérboles, anáforas y símploques adquieren un cariz mucho más terrenal cuando los vemos utilizados en músicas cercanas y no en sesudos tratados filológicos. Y hablando de filólogos, también incluimos una breve nota del académico peruano Luis Jaime Cisneros precisamente sobre el celebrado libro Pago de letras, de Víctor Hurtado.

Por último, una muy importante contribución (tanto a la sección Arguediana como a la de Ensayos) es el trabajo del crítico Julio Ortega «Los Zorros de Arguedas: migraciones y fundaciones de la modernidad andina», que aparecerá como prólogo a la publicación en inglés de El zorro de arriba y el zorro de abajo, actualmente en preparación. Creemos que este trabajo ayudará a cimentar la novela póstuma de Arguedas como uno de los fundamentos, más allá de la literatura, de la formación del Perú moderno.

Y aquí cierro. Hasta el uno del dos del cero-cero, apreciados lectores.

Domingo Martínez Castilla
Kuraka editor de Ciberayllu
¿Comentarios?


Mensaje editorial anterior

© 2000, Ciberayllu, Domingo Martínez. Todos los derechos reservados.

000101