[Breviario de Ciberayllu]
 

Festejo de la vida

Nota sobre La serpiente en la ciudad, libro de Elena Portocarrero

Huerga y Fierro, Madrid, 1999.
 

Es un placer leer un libro de creación de un antiguo y querido miembro de la generación del cincuenta, años más o años menos, que muestra otra vez su talento y sus dotes para la prosa narrativa y poética.

En efecto, Elena Portocarrero en los últimos años ha publicado en Madrid dos libros que prueban su dominio artístico, para contar historias ficticias que nos divierten, nos asombran y, al mismo tiempo, nos hacen mirar a la tierra dejada atrás, en una memoria dúctil, para sobrevivir, a pesar de las trampas y las farsas de los demonios, merced a su imaginación y a su innato sentido del buen humor y picardía.

La primera colección se llamó Deriva de un estudiante (1997) y la última es La serpiente en la ciudad (Huerga y Fierro, 1999) que acaba de aparecer.

En esta última quiero, a guisa de ejemplos, citar varios casos: la primera prosa que da su nombre a la colección (p. 9); después léanse «Ecología» (p. 23); «Temblor» (p. 27); «Naturaleza muerta» (p. 47); «Reporter gráfico» (p. 67); y finalmente «Atardecer» (p. 139).

A mi juicio, bastaría esta breve muestra para confirmar que estamos ante una escritura labrada que empuja la pesquisa que inició el lector entre las páginas de este hermoso libro.

Pero hay algo más que no puede omitirse: la respuesta a la pregunta: ¿Por qué ocurre ese encabalgamiento de estos trozos de vida y poesía? ¿Por qué nos corroen, la sonrisa y la verdad ocultas siempre, y siempre también dispuestas a convenir que, entre una y otra de las páginas, se extiende la irisada visión de sobrevivir a los pequeños y falsos valores del género humano?

Por eso aplaudo y festejo las páginas nuevas y antiguas de Elena Portocarrero.

Alberto Escobar

   
[Ciberayllu]

Más recensiones en Ciberayllu

162/991104